5 de junio de 2012

Amenazan a triquis de Valle del Río San Pedro Copala

La comunidad de Valle del Río San Pedro Copala, en el suroeste de México, recibió el 19 de mayo una amenaza de muerte en la que le ordenaban que abandonara sus hogares. Algunos miembros de la comunidad ya han sido víctima de homicidio anteriormente y la comunidad corre grave peligro de sufrir nuevos ataques.

El 19 de mayo, un miembro de la comunidad indígena triqui de Valle del Río San Pedro Copala, en el municipio de Putla Villa de Guerrero, Estado de Oaxaca, encontró en la calle principal del poblado una nota que decía: “Malditos indios, lárguense con sus muertos, sáquense a la chingada, con todo y sus derechos humanos. Apenas comenzamos la fiesta, pronto habrá comida para los zopilotes”.

Setenta y seis personas viven en la comunidad de Valle del Río San Pedro Copala, compuesta por familias indígenas triquis que ocuparon la tierra tras verse obligadas a abandonar sus casas en 2010 a causa de la violencia en San Miguel Copala, una comunidad cercana al municipio de Putla Villa de Guerrero.

Según los habitantes, estas familias han sufrido numerosos ataques y amenazas para obligarlas a abandonar la zona.

Entre otras cosas, varios miembros de la comunidad y personas que les ayudan han muerto a manos de hombres armados como en las operaciones fallidas emprendidas por la Policía Estatal de Oaxaca en febrero de 2010 y en enero de 2012 para desalojar forzosamente a las familias.

Varios miembros de la comunidad han sido detenidos durante ese periodo, acusados falsamente de posesión de armas.

El 8 de mayo de 2012, unos hombres armados irrumpieron en la comunidad y mataron a tres hombres.

El 29 de mayo, ante la gravedad de la situación en la que viven los miembros de la comunidad de Valle del Río San Pedro Copala, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ordenó a las autoridades mexicanas que acordaran con la comunidad medidas que garanticen su seguridad.

Denuncia Amnistía Internacional amenaza contra la comunidad de Valledel Río San Pedro Copala

Por: Efe

México, D.F.- Amnistía Internacional (AI) denunció amenazas de muerte contra los indígenas triquis que habitan en la comunidad Valle del Río San Pedro Copala y pidió a las autoridades adoptar medidas inmediatas de protección.

En un mensaje de “Acción Urgente”, dirigido a los titulares de la Secretaría de Gobernación (SEGOB) y del gobierno de Oaxaca, Alejandro Poiré y Gabino Cué, respectivamente, la ONG solicita medidas para proteger a 76 residentes del Valle del Río San Pedro Copala.

La comunidad triqui, ubicada en el municipio de Putla Villa de Guerrero, recibió el 19 de mayo pasado un mensaje anónimo abandonado en la calle principal de la localidad.

“Malditos indios, lárguense con sus muertos, sáquense a la chingada con todo y sus derechos humanos. Apenas comenzamos la fiesta, pronto habrá comida para los zopilotes (buitres)”, indicó el mensaje de amenaza.

Tras ello, el 29 de mayo pasado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió medidas de protección efectiva en la zona al gobierno mexicano, señala la ONG.

En mayo pasado, tres hombres fueron asesinados a tiros por sujetos armados que irrumpieron en la comunidad.

Según Amnistía Internacional, las agresiones sufridas proceden tanto de “hombres armados no identificados” como de “operaciones fallidas emprendidas por la Policía Estatal de Oaxaca en febrero de 2010 y en enero de 2012 para desalojar forzosamente a las familias”.

Amnistía Internacional solicita, asimismo, a sus activistas que exijan a las autoridades en México “una investigación exhaustiva, inmediata e imparcial sobre la amenaza dirigida contra la comunidad triqui” y que se indaguen “homicidios previos sin resolver” en la zona.

La ONG considera que la situación de tensión que prevalece en la zona pone a la comunidad frente a un “grave peligro de sufrir nuevos ataques”.

Históricamente, la zona triqui de Oaxaca, una de las más pobres de México, lleva muchas décadas sufriendo violencia y desatención y durante ese tiempo se ha acusado a las autoridades locales de tolerar a grupos armados o actuar en connivencia con ellos para mantener el control político, sostiene Amnistía Internacional.