POEMAS A COPALA

A una niña triqui

Una lluvia de plomo caliente
cayó sobre tu pueblo valiente
quemando las alas de tus hadas
víctimas colaterales olvidadas.

Escuchaste los ladridos de las armas
con sus voces de fuego
y no pudiste entender sus idiomas
ellas hablan francés o gringo.

Pero supiste
cuando gritó tu mamá
que los monstruos
ya no estaban abajo de tu cama.
Payasos sanguinarios,
lanzaron al aire confetis asesinos
y burbujas de sangre
entraron en tus sueños con sus botas
como los gusanos en las frutas
alrededor de tu tierra libre
tejieron una tela de alambre.

¿Había mujeres entre ellos?
sólo veías espectros.

No conocías la palabra autonomía
pero te hizo tener que huir con tu familia
de San Juan Copala al zócalo de Oaxaca
hoy la ansiedad es parte de tu vida
y la miseria tu mejor amiga.
Pero tus madres se hicieron fuertes
se hicieron unidas
y en tus ojos de ceniza
quema la brasa
de tu niñez insumisa.

Canción para Elías Fernández

Chamaco niño del pueblo
otra vida que se va
herida comunidad
en medio de viejos cerros.

Viejos cerros que no entienden
esta mentira, esta guerra
que siempre llega de fuera
con ocultos intereses.

Interesa pues la vida
que los niños sólo jueguen
que no se desesperen
entre balas no perdidas.
No está perdido este pueblo
mas muchos triquis caminan
entre armas que dominan
sus corazones de cerros.
Los cerros a resistir
esta mentira esta guerra
que siempre llega de fuera
con el color del huipil.
El huipil de vivos rojos
no es de sangre derramada
es de sangre que declara
que ya no cierren más ojos.

Mujer triqui

Escucha mi voz,
siente mi lamento,
soy una mujer, igual que tú,
una mujer que quiere ser libre,
que quiere gritar el dolor que siente por todas mis hermanas.
Hemos sido separadas por una guerra de poderes,
hoy no somos más la familia que éramos,
nos alejan los odios que los gobernantes han sembrado en nosotros,
ya no puedo hablar con mi prima, con mi tía o con mis amigas,
estamos aisladas, nos divide la lucha de unos hombres.
Ellos nos matan, en nombre de las tierras,
nos desaparecen para cobrar venganzas,
estamos atadas,
encerradas,
nos morimos y a ellos no les importa.
Detén la mano asesina de los paramilitares,
amparados por la impunidad de este gobierno
que nos ha convertido en su banquete de sangre.
Ayúdame a salir de este silencio,
auxíliame a no morir,
dame tu mano, mujer, hombre y rompe cercos,
denuncia mi soledad,
acusa a quienes nos matan,
para entonces a tu lado gritar: ¡Libertad!.

Poema a las mujeres de San Juan Copala

Legendarias guerreras ancestrales
de sus vidas que han quedado ensombrecidas,
buscan la libertad con gran ternura
recorriendo esas montañas misteriosas.
Su caminar tiene firmeza añeja
llena de amargos desencantos y pesares;
su bandera es la justicia solariega,
y su escudo es vivir con dignidad.
Buscan un horizonte tranquilo y muy lejano,
que mitigue sus penas
y aplaque sus angustias;
el hambre y sed eternas...
que el viento se las lleve,
y esa hermosa sonrisa
brille al amanecer;
que la alegría ilumine sus corazones hartos
de tantos desengaños y miseria perennes.
Al cruzar por los montes,
luminosas y airadas,
parecen mariposas
que alegran el paisaje.
Sus pasos por el mundo
estremecen la tierra,
con ese andar descalzo:
místico y ancestral.
Hay en su andar alegre
un dejo de tristeza,
y grandes esperanzas
de renovar su pueblo.
Visten muy orgullosas
su huipil bordado,
que da fuerza a su imagen
como un dios al nacer.
Su huipil es el símbolo
de San Juan Copala,
y el sol es su sustento
para vivir mañana.
Cuando atardece el día,
sus gritos se agigantan
y a todo le dan vida:
retumban en los montes
y llegan a ciudades;
los repite la gente
que va por avenidas;
se escuchan como un eco
en marchas y en plantones.
Esos gritos son sombras
de un pueblo que se asfixia:
liberan el dolor,
y muestran la injusticia.
Por ello esas mujeres
piden con fuerza al mundo:
¡que la justicia alumbre
sus pasos por la vida,
y que lleguen volando
la libertad y la paz!
Erasmo Nava Espíritu

Ofrenda por Copala

Copala es la tierra del copal
árbol del que se saca la cáscara
y molida se quema en un bracerito
y su humo se emplea
en limpiezas y ofrendas
en las tierras de Mesoamérica.
Copala tierra triqui de Oaxaca
otra vez hace su triste ofrenda
por sus cinco nuevos muertos
por sus cinco asesinados
en el viejo conflicto de esta región
como casi todos donde se mezcla
el componente interno y más el externo.
Por Copala una ofrenda
una ofrenda por los triquis
por las triquis de Copala
una ofrenda de versos
una ofrenda...