5 de enero de 2013

Violento desalojo de desplazados triquis de San Juan Copala del Palacio de Gobierno de Oaxaca

Oaxaca, Oax.- En la madrugada del día 23 de diciembre, un total de 413 elementos de la Policía Estatal, de los cuales 53 eran femeniles, 102 efectivos de la Policía Municipal y 16 Inspectores Municipales en compañía y complicidad de 3 Visitadores de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), el Subprocurador de Averiguaciones Previas, Zona Norte y el Director de Averiguaciones Previas, asistidos de un Subdirector y un Agente del Ministerio Público de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Oaxaca (PGJE), desalojaron violentamente a 214 familias desplazadas de San Miguel y San Juan Copala de los corredores del Palacio de Gobierno de Oaxaca.

Mismos que arribaron al lugar a bordo de varias camionetas, camiones policiacos y vehículos particulares que fueron estacionados en las calles Valerio Trujano, Flores Magón, Bustamante y demás calles aledañas, llegando al lugar también ambulancias, un camión plataforma de policía y una camioneta de inspectores de color blanca con número de placa RW-02-397.

El violento desalojo de los desplazados inició a las 00:30 horas y culminó a la 01:45 horas con un saldo de varias personas desplazadas lesionadas y hospitalizadas, un recién nacido prematuro muerto, robo de bienes y dinero en efectivo.

Al iniciar el operativo, los policías antimotines hicieron una enorme valla a lo largo y ancho del Palacio de Gobierno, cercando e impidiendo el acceso y salida de personas y periodistas, mientras que Sergio Canseco, Director de Comercio y Vía Pública, daba órdenes a sus inspectores de cortar, bajar y desmontar todas las lonas, pancartas, mantas y módulos provisionales de los desplazados, mismos que con suma prepotencia, violencia y cuchillo en las manos empezaron a cortar, jalar, desmontar y destruir todo lo que encontraban a sus pasos ante la mirada atónita de las mujeres, niños y adultos mayores que se encontraban en el lugar de los hechos, mientras que videogrababan y fotografiaban a los desplazados que protestaban, gritaban consignas y resistían pacíficamente.

Parecía que los inspectores conocían perfectamente el interior del plantón, mientras que algunos cortaban las lonas y mantas, otros fueron directamente a donde estaba el tanque de gas para desconectarlo y retirarlo del lugar y los restantes recogían y arrebataban bolsas y maletas a los desplazados con suma violencia como viles delincuentes y rateros que son ante la mirada atónita, lágrimas, impotencia y crisis nerviosas de los niños, mujeres y adultos mayores.

Nadie podía creer que el propio gobierno de Oaxaca arrebatara y robara de esta manera los pocos bienes que a los desplazados les costó más de tres años en adquirirlos y perdieran en cuestión de segundos, quedándose sin nada y sin una cobija para taparse ante el intenso frío de la madrugada.

Después de que los inspectores dejaron al descubierto el plantón, intervinieron elementos antimotines de la Policía Estatal con escudos y amenazando:

“Desalojen el área porque traemos órdenes de retirarlos del lugar, ya que el espacio que están ocupando es un lugar público, si se resisten los vamos a detener y los vamos a encarcelar, así que es mejor que no pongan resistencia”.

A pesar de la amenaza, las valientes mujeres, niños y personas de tercera edad desplazadas resistieron pacíficamente hasta que fueron encapsuladas, levantadas, cargadas y replegadas hacia la calle Flores Magón.

Dos horas después del violento desalojo, salió del zócalo un camión de basura repleto de mantas, lonas pancartas, sillas, bancos, cartones, ropa, cobijas, garrafones, tinaco de agua, cubetas, escobas, trastes y despensas de los desplazados rumbo al tiradero de basura.

Durante el violento desalojo hubo golpes, insultos, amenazas, vejaciones, intimidaciones y jaloneos de los policías antimotines hacia las mujeres, niños y adultos mayores desplazados de San Miguel y San Juan Copala que  opusieron al violento desalojo, defendiendo con valentía y dignidad el único refugio que encontraron para vivir después de ser desalojados violentamente de sus comunidades de origen.