Del “sueño a la “pesadilla americana
Jerónimo Martínez Ramírez, indígena triqui de Cruz
Chiquita Copala, podría ser ejecutado en California, Estados Unidos
Por: Saúl Salazar
Santiago Juxtlahuaca, Oax.- Seis años han transcurrido desde
que Jerónimo Martínez Ramírez, de 37 años de edad, con el seudónimo de “Agustín”
entre los triquis, dejara su comunidad Cruz Chiquita, Copala, perteneciente a
Santiago Juxtlahuaca, a su esposa Victoria Hernández Flores y sus tres hijos,
en busca del “sueño americano”.
Amarga pesadilla
Solo un año duró el sueño para convertirse en una
amarga pesadilla que puede terminar con la ejecución de Jerónimo Martínez
Ramírez, en una cárcel de Madera, California, Estados Unidos.
Su esposa Victoria Hernández Flores, relata en triqui que su esposo, poco después de haber llegado a los Estados Unidos, comenzó a enviarle dinero, tal como habían acordado, el cual lo utilizaba para comer y para la educación de sus hijos.
Hernández Flores agregó que es un hombre hogareño y
atado a su comunidad; a solo un año de trabajo arduo en los campos agrícolas de
Greenfield California, ya hacía planes para regresar con su familia; “la tarde
del 25 de mayo de 2010 me llamó por teléfono para decirme que venía en la
semana siguiente, añadió.
Ese día nunca llegó; la tarde del 30 de ese mismo mes,
su esposa Victoria recibió una llamada desde una cárcel de Madera California,
era de su esposo Jerónimo, quien le contó que estaba en la cárcel y que lo
habían acusado de haber matado a dos paisanos suyos de nombres: Delfino
Martínez y Fidel García, el primero de ellos, de la misma comunidad de
Jerónimo; el otro, de Unión de los Ángeles, Copala.
Procesado por homicidio múltiple
De acuerdo a la información obtenida, a Jerónimo se le procesó por homicidio múltiple en un tribunal de Estados Unidos.; en su acusación, el fiscal del Contado de California, Michael R. Keitz, solicitó la pena de muerte para Jerónimo.
Ante eso, su defensa implementó una estrategia legal,
representada por la abogada Dhyana Fernández, quien evitó que su proceso
culminara, o de lo contrario hubiera sido
sentenciado con la pena capital.
En diciembre de 2012, a partir de dos informes
psicológicos que la defensa ofreció, la Corte del Estado de California declaró
que Jerónimo Martínez no se encontraba apto mentalmente para continuar en el
juicio por lo que ordenó suspender el procedimiento e internarlo en el Atascadero
State Hospitals, hasta resolver en definitiva sobre su estado mental podrá
definirse si vuelve al proceso y se le sentencia con la pena capital, o se le
da un tratamiento distinto a la cárcel.
Estado psicológico
Dhyana Fernández, quien dejó de ser su defensora, dijo:
“Sé que a finales de octubre de este año va a tener una audiencia para saber su
estado psicológico y si está apto para continuar en el proceso instruido en su
contra; mientras tanto, seguirá internado en un hospital y no en la cárcel.”
Por otro lado, durante nuestra investigación nos dimos
cuenta que existe muy poca información sobre el caso de Jerónimo Martínez en
los archivos de los gobiernos federal y estatal, así como en organismos de
defensa de derechos humanos del país.
De igual manera, la familia de Jerónimo se encuentra
en el total olvido, pues a la fecha, refiere la esposa que no ha recibido
siquiera una llamada de la gente de gobierno; ella solo ha tenido que sacar
adelante a sus tres hijos, tejiendo huipiles para luego venderlos entre su
propia gente triqui.
Destaca también que desde la misma “teoría del caso”
construida por la defensa, la licenciada Dhyana Fernández, hizo un viaje en
2012 a México para tratar de recabar un informe sobre la condición
sociocultural y política del pueblo de pertenencia de Jerónimo Martínez, a fin
de lograr algún atenuante que pudiera favorecer al imputado en la sentencia,
sin embargo, al entrevistarse con el titular del Instituto Oaxaqueño de
Atención al Migrante, Rufino Domínguez, éste solo se concretó a decirle que no
existían las condiciones de seguridad para ingresar a la comunidad de Cruz
Chiquita, de donde es originario Jerónimo Martínez, por lo que la defensora
regresó a los Estados sin el informe.
Declaraciones sospechosas
También llama la atención que en sus primeras
declaraciones, Jerónimo Martínez dijo que había encontrado, un día antes, los
cuerpos ya sin vida de Delfino Martínez y Fidel García en el interior de la
casa donde alquilaban, es decir, el viernes 28 de mayo; declaración que hizo
solo para cubrir su crimen, según el fiscal del Condado.
El hoy acusado añade que no recordaba bien lo que
había sucedido pero ahora afirma que él fue quien cometió los asesinatos.
Sus familiares pidieron a las autoridades mexicanas competentes
y organismos de derechos humanos retomen el caso de Jerónimo, emprendiendo una
serie de acciones y medidas consulares que ayuden a que no sea sentenciado a la
pena capital; en el mejor de los casos, que se compruebe su inocencia.
Internado en el hospital
Desde el hospital Atascadero State Hospitals, Jerónimo
Martínez Ramírez dice que tiene dos abogados pero no se han comunicado con él,
“desde que entré a este nosocomio, no vienen a visitarme, estoy bien, no peleo
con nadie”, contó.
“Mi hermano Braulio, de aproximadamente 35 años de
edad, quien vive en Estados Unidos, me habla por teléfono una o dos veces por
mes; yo no le puedo marcar, no sé utilizarlo; cuando me habla mi esposa, otro
contesta y me dice te hablan”, relata.
Refiere que en el hospital le dan tres veces de comer,
a las 7 de la mañana, 12 del día y a las 17 horas; en la cárcel solo le daban
dos veces, a las cuatro de la mañana y en la tarde; la hora variaba, pues lo
hacían hasta que los policías se desocupaban.
“Antes de estar en la cárcel, trabajaba en el campo,
me dedicaba a cortar durazno y cherry”, finalizó.